Aunque existen muchas razones, básicamente son dos las causas por las que es recomendable efectuar un mantenimiento periódico de las estructuras metálicas, ambas derivadas de un mal uso de las estructuras: evitar la fatiga derivada de la aplicación de una tensión superior a la recomendada, e impedir la aparición de holguras e impactos accidentales que pueden provocar deformaciones. Un mantenimiento periódico conferirá mayor durabilidad y eficacia a la estructura.